Desde esta Bolsa de Cereales de Córdoba, ámbito de confluencia de los distintos segmentos que integran la cadena de comercialización agroindustrial de la Provincia de Córdoba, entendemos prioritario apoyar activamente la generación de normas que propicien el desarrollo de la agroindustria, actuando positivamente sobre la economía del país en general y de nuestra provincia en particular.

En este sentido destacamos la importancia de contar con un marco legal para consolidar la participación de la cadena de valor de los biocombustibles en el sector energético, facilitando su crecimiento en forma sustentable, en términos económicos, técnicos, ambientales y sociales, Córdoba cuenta actualmente con un importante entramado agroindustrial que genera ingresos, empleos y divisas, no sólo para la provincia sino a nivel nacional, constituyéndose como el principal motor económico de la provincia con el 33% del Producto Bruto Geográfico, el 29% de los empleos directos e indirectos, y 90% de las divisas netas generadas por la cadena.

Sin embargo, queda un largo camino por recorrer en el agregado de valor a la producción primaria, en razón del potencial que tiene la provincia para seguir creciendo en este sentido.

Actualmente, Córdoba transforma aproximadamente el 35% de su producción de trigo, el 20% de soja y el 27% de maíz. En el caso de este último grano en particular, la producción de bioetanol se ha transformado en los últimos años como el principal uso con más de 1.000.000 toneladas procesadas cada año, desplazando a otras actividades como la producción tambera, ganadera y porcina.

A nivel nacional sucede algo similar en cuanto a la transformación de granos. Si bien Argentina es el principal exportador de harina y aceite de soja del mundo, procesa solo el 38% del trigo que produce y el 36% del maíz, de manera tal que la mayor parte se exporta sin un agregado adicional de valor. Esta situación refleja, al igual que en la provincia de Córdoba, el potencial que tiene el país en materia de procesamiento de granos con relación a la cantidad de usos de estos: desde alimentos para consumo humano directo hasta bioplásticos.

Incentivos como leyes de promoción, que fomenten la producción de biocombustibles, generan una gran oportunidad para las producciones locales, aumentando la demanda de grano para transformación con todo lo que ello implica: mayores empleos e ingresos. Asimismo, presenta una oportunidad para las localidades que cuenten con plantas de procesamientos, permitiendo que profesionales de distintas áreas puedan encontrar oportunidades laborales en sus lugares de origen.

Con seguridad en ciertos casos habrá que conciliar intereses sectoriales y priorizar el bien común, pero según cómo se legisle en ese sentido, dependerá gran parte del futuro ambiental y económico de un importante sector de nuestra economía.

En un mundo donde la sostenibilidad económica, social y ambiental es cada vez más relevante, leyes de este tipo son necesarias para incentivar a los distintos actores de la cadena agroindustrial a direccionar sus esfuerzos hacia una producción más amigable con el medio ambiente aprovechando el inmenso potencial que el país posee.

Legislar en este sentido permitiría posicionar a Argentina como uno de los líderes en la producción de combustibles de origen vegetal, aprovechando las ventajas comparativas y competitivas que posee en la producción de granos en nuestro país.

Es por ello que esta Bolsa de Cereales de Córdoba acompaña en su totalidad el Proyecto de Ley de RÉGIMEN DE PROMOCIÓN PARA EL DESARROLLO DE LOS BIOCOMBUSTIBLES de autoría del Diputado Carlos Mario Gutierrez, con la coautoría de los Diputados Alejandra María Vigo, Paulo Leonardo Cassinerio, Claudia Gabriela Márquez, Eduardo Bucca, Andrés Zottos y Luis Gustavo Contigiani.-