La siembra de girasol comenzó en octubre del 2022, con labores que se desarrollaron con poca humedad en el perfil y riesgo de heladas tardías, lo cual provocó un retraso en las mismas, finalizando en el mes de noviembre.

En diciembre ya se comenzaban a reportar lotes en mal estado, producto del estrés hídrico y térmico que caracterizó la campaña estival 2022/23. En enero el cultivo atravesó su periodo crítico con un 69 % de los lotes en excelentes y buenas condiciones y el 31 % en regulares y malas condiciones. A principios de ese mes se registró una gran caída de granizo que ocasionó pérdidas totales en el centro de la provincia, abarcando sectores de los departamentos General Pedernera, Chacabuco, Coronel Pringles y Juan Martín de Pueyrredón.

El rendimiento promedio llegó a los 16,3 qq/ha, representando una caída interanual del 11 % y un 16 % a nivel histórico, producto de las malas condiciones en las que se desarrolló el cultivo durante todo el ciclo. A pesar de la caída del rendimiento, la superficie sembrada con la oleaginosa fue superior a la de campañas anteriores, resultando en una producción de 140.400 toneladas, volumen 6 % mayor al logrado en la campaña anterior y 31 % superior al promedio histórico de los últimos dos años.

Analizando la distribución de la superficie a lo largo de la provincia, General Pedernera fue el departamento de mayor concentración de girasol con casi 60 mil hectáreas destinadas al cultivo, seguido de Gobernador Dupuy con más de 20 mil hectáreas sembradas. Asimismo, la mayor producción se alcanzó en General Pedernera, zona que registró la mayor precipitación acumulada entre enero y marzo. 

Al momento de comenzar la siembra, de acuerdo a los mapas publicados por el Servicio Meteorológico Nacional, el agua útil sobre la capa arable tenía valores del 0 % o cercanos a nulos. A lo largo del ciclo del girasol esta situación se mantuvo en mayor o menor medida en el perfil del suelo y analizando lo que fue el agua útil en el período crítico (mes de enero), los porcentajes rondaban entre 0 % – 20 % a lo largo de la provincia. 

Realizando un análisis del comportamiento de las precipitaciones en el ciclo del cultivo, se puede observar que estuvieron por debajo del promedio histórico durante el primer trimestre (octubre-noviembre-diciembre) atravesando la implantación y el período vegetativo con un importante déficit hídrico. Durante el segundo trimestre (enero-febrero-marzo) ocurrieron lluvias que permitieron un acumulado equivalente o superior al promedio histórico, aunque no fueron suficientes para contrarrestar los efectos del estrés térmico producto de las olas de calor que acontecieron en los meses de verano.

Los datos obtenidos por el Departamento de Información Agronómica pueden visualizarse en los tableros interactivos disponibles en la página web de la Bolsa de Cereales de Córdoba. En ellos es posible obtener diferentes variables eligiendo la región o año de interés y realizar comparaciones a través de los gráficos generados. El acceso a los tableros se encuentra en el siguiente enlace: https://www.bccba.org.ar