MAÍZ. Durante la segunda quincena de marzo los maíces tempranos, que equivalen al 27 % de la superficie cultivada con el cereal, culminaron su ciclo. Por otro lado, aquellos sembrados en fechas tardías se encontraban en pleno llenado de grano, principalmente en R4 (grano pastoso).

SOJA. A fines de marzo, el 80 % de la superficie se encontraba entre buenas y excelentes condiciones y el 20 % entre regulares y malas. Esto último se debe a diversos factores que sucedieron a lo largo del ciclo, entre ellos granizo, estrés hídrico y térmico tanto por calor como por heladas e incidencia de plagas y enfermedades.

MANÍ. Al igual que en soja y maíz, el cultivo se vio afectado por las heladas de fin de mes, situación que podría provocar una merma en la productividad y los rendimientos.

SORGO. Sólo el 5 % alcanzaba su madurez fisiológica mientras que el resto de los lotes atravesaban el estado de grano lechoso, grano pastoso y, en menor medida, la floración. Algo más del 30 % de las hectáreas sembradas se reportaron en condiciones regulares y malas, lo cual se debería principalmente a la incidencia de pulgón amarillo (Melanaphis sacchari) y a estrés hídrico.

GIRASOL. Con un avance de cosecha que alcanzaba el 96 % de la superficie, se estima un rendimiento promedio provincial de 23,1 qq/ha, logrando una producción de 76.600 toneladas. Estos valores productivos representan una merma interanual del 9 y 4 % respectivamente.